Leonardo anduvo muy comprometido en una tarde de máxima rivalidad ante un lote muy complicado
Muy complicado el segundo de Luis Terrón. Manso y sin celo, no dio opciones de lucimiento al extremeño. Lo puso todo el jinete y tuvo que hacer uso del descabello para pasaportar a su oponente. Muy buena faena la cimentada al cuarto de la tarde. Sosegado y templado, Leonardo firmó una labor clásica y le arranco una oreja.
Al sexto de la tarde, Orugo de nombre, que no tuvo ni casta ni ritmo alguno, Leonardo Hernández le instrumentó una faena de mucho pundonor y lucimiento que marró con los aceros. Saludó una ovación tras descabellar.
Fotos: Arjona