Gran dimensión de Leonardo en Plasencia.

Leonardo corta dos orejas, y pierde otras dos con el rejón de muerte.


Leonardo vuelve a la senda del triunfo después de no haber tenido suerte en su paso por Madrid.

Volvía a no rehuir el compromiso máximo de acartelarse con Diego Ventura, que venia de cortar un rabo en San Isidro, y Leonardo dio una gran dimensión en sus dos toros.

Tuvieron bondad los de Luis Terrón, pero no resultaron fáciles y Leonardo puso toda la carne en el asador para cortarle las orejas. Fueron dos del primero y pudieron ser cuatro si no pincha el último.
Las dos faenas se cimentaron en la verdad y la pureza. Puso en liza a "Despacio"y puso cuatro banderillas de poder a poder quebrando en el ultimo momento y clavando con la máxima exposición.
Con "Sol" acortó muchísimo las distancias y lidio de costado toreando con todo el cuerpo y pasando los pitones muy cerca.
El carrusel de cortas y desplantes con "Xarope" y un gran rejonazo pusieron el broche a una gran faena y caían las dos orejas pedidas clamorosamente por los tendidos.

El ultimo fue un toro mas complicado que supo consentir y lidiar a la perfección con "Calimocho" encelando en la grupa y clavando dos banderillas de mucho mérito. Tubo que ponerlo todo el extremeño que consiguió construir una faena de mucho tesón que emborronó con el rejón de muerte.

Leonardo se reencuentra con el triunfo en una gran tarde de toreo a caballo.









Leonardo arranca una oreja a una complicada corrida de Capea.



Leonardo venía de rozar la puerta grande en el anterior festejo de rejones de esta Feria pero pinchó. Cuida al segundo, clavando sólo un rejón; galopa «Despacio» como su nombre y torea por dentro; quiebra en corto y certero con «Sol»; se adorna con «Xarope», tocando con la frente el testuz, pero pierde el trofeo al matar a la tercera. El cuarto, con 643 kilos, salta al callejón, rompiendo un tablón, barbea tablas, tropieza fuerte a «Enamorado», un caballo nuevo. Con esfuerzo, logra el par a dos manos pero pincha. Sólo 11 kilos le faltan al último para los 700: una mole, también mansa. Galopa a dos pistas con «Calimocho»; las corvetas de «Xarope» y los pares al violín entusiasman. Mata a la segunda: oreja.

ABC.

Faena rotunda y maciza de Leonardo, que pierde las dos orejas con el rejón de muerte.


Faena cumbre de Leonardo cuajando a su toro.





Uno no es figura por casualidad ni porque nadie le haya regalado nada. Uno es figura cuando día a día lo pelea y lo desea de tal forma que, cuando llegan esas tardes donde se pone en valor todo, brota esa verdad donde un torero es capaz de jugársela y pisar los terrenos que "queman". Y hoy Leonardo ha pisado la plaza de toros de Madrid para cuajar de cabo a rabo a un buen toro de Bohórquez.

Una faena maciza, redonda y rotunda donde las haya, sólo malograda con el rejón de muerte.
Eran dos pelonas de ley máxima, como máximo es el compromiso de Leonardo consigo mismo.

Desde que enceló al toro de salida algo distraído, la faena fue a más, y primero con "Despacio" clavando en dos encuentros en los mismos medios y después con "Sol", ese caballo que tiene su alma como su nombre, fue capaz de pasarse el toro desde la frente a la grupa toreando con todo el cuerpo. Lo llevaba cosido al estribo y los tendidos se caían.

Siguió transmitiendo el de Fermín y ya con "Xarope" finalizó la faena poniendo tres cortas al violín.

El desenlace de la faena no fue el que toda la plaza de Madrid estaba deseando para pedir con fuerza las dos orejas. Pinchó y se fue la opción de triunfo. Pero Madrid se fue diciendo "ha estado sensacional"






 






Leonardo despide la Temporada 2017 por la Puerta Grande.

Leonardo se despide de esta temporada cuajando dos toros de principio a fin.



Leonardo se despidió esta tarde en Pozoblanco de lo que ha sido una temporada de confirmación de que ya no es una promesa y se confirma como referente del toreo a caballo.

Si bien fue extraordinaria la faena al segundo de la tarde, mareada con el rejón de muerte, más aún fue la que le planteó al sexto de Pasanha, al que cuajó de principio a fin.

No hubo ningun tiempo muerto desde que parara el¡n los medios y clavara el rejón de castigo ue a la postre serviría para que el toro mantuviera esa transmisión que aprovecho el extremeño para formarle un autentico "lío".
Con Verdi se dejó ver de punta a punta y dejó que se arrancara con todo el toro, para en un suspiro de tiempo y en una baldosa de espacio, quebrara y clavara en los mismos medios de la plaza.
La gente se volvió loca y Leonardo entonces se dispuso a degustar y disfrutar ese ultimo toro de la temporada toreando para el en algunos momentos de mucho regusto y torería, para volver a tocar el corazón de los aficionados en un quiebro imposible o un recorte por dentro.

Los pasaportó como se merecía la faena, la tarde, y la temporada entera; con un rejonazo sin puntilla y el palco saco sin pensar los dos pañuelos que otorgaban las dos orejas para Leonardo.












Leonardo a base de raza y corazón

Leonardo corta dos meritorias orejas a un lote complicado  a base de raza y corazón.




Leonardo sorteó en tercer lugar un toro con celo de salida y fijeza pero sin clase. Leonardo lo entendió perfectamente y supo sacarle lo poco que ofrecía. Primero con Calimocho y después con Despacio en dos pares a dos manos donde expuso al máximo puso el pié a los aficionados. Mató bien y cortó la primera oreja.


Muy manso y aquerenciado el sexto pero Leonardo, después de ver como Diego Ventura había abierto la puerta grande, no quiso quedarse atrás y apretó mas que nunca.
Ante un toro que sólo se defendía y nunca regalaba nada, Leonardo a base de corazón y amor propio puso a sus máximas figuras en el albero para jugársela y arrancarle la oreja que le faltaba a su esportón.
Primero con Verdi, dandole todas las ventajas al toro y clavando en la puerta de toriles y después con Sol cuajó una faena que calo muy fuerte en los tendidos. Volvió a matar muy bien y de nuevo se le concedió la oreja que le faltaba.